Llevamos ya varios meses metidas de lleno en el nuevo proyecto de Silence Producción, que no es otra cosa que un intento en toda regla de sacar a flote determinadas facetas personales y empresariales que tanto mi socia como yo, queríamos soltar de las manos desde hace ya mucho tiempo.
Últimamente casi toda la gente amiga nos hace la misma pregunta: ¿qué es ahora Silence Producción?, ¿en que ha cambiado?, y es normal.
Hay que tener en cuenta el cambio de imagen, la nueva web, la nueva forma de trabajo…pero sobre todo, las nuevas promesas hechas a nosotras mismas que nos han llevado a pegar un giro de 180º.
Silence producción se está decantando por una faceta más comercial y corporativa y la idea es centrarnos en la publicidad, pero hay una parte de Silence producción, una muy importante y la más incomprendida, que es la de reflexionar sobre el audiovisual y sobre la Cultura con mayúsculas, y eso es lo que vamos a comenzar a hacer semanalmente en este blog.
Queremos que este proyecto que ya está en marcha, sea un espacio de investigación y experimentación donde la gente discuta sobre el significado de las imágenes y la esencia de nuestra profesión.
Queremos ponernos en el lado de los realizadores-autores que no tienen miedo a equivocarse y que tienen una visión más allá de toda convención. Hoy en día el realizador se ha erigido en un estudioso, un gestor, un activista, un mecenas creativo, un motor cultural que pone en marcha audaces proyectos audiovisuales, y nosotras queremos beber de esas experiencias.
Esta heterogeneidad voluntaria es un concepto mucho más difícil de comunicar y vender a la hora de levantar proyectos y conseguir trabajo, pero para nosotras es importante no limitarnos a hacer anuncios. Queremos realmente convertir la empresa en un punto de encuentro creativo y teórico donde nuestros colaboradores discutan sobre el significado de las imágenes y la esencia de nuestra profesión.
Tal vez nuestra obcecación con todo ello podría ser también consecuencia de mis investigaciones y mi relación con la Universidad en los últimos años, que han hecho que me haya dado cuenta de la necesaria conjunción del trabajo y los marcos teóricos dentro de los cuales nos movemos, o tal vez porque siempre me he sentido más libre en el terreno de la ficción que parece que se entromete más en el terreno de la cultura que en el del capital como podrían ser la publicidad o el marketing. Con todo, hoy en día parece que es imposible plantearse que uno pueda ganarse la vida haciendo cultura.
Por lo tanto nuestro proceso, va a requerir de una actitud inicial ni muy laxa ni muy intervencionista en lo que a las propuestas que discurrimos se refieren, dado que consideramos la posibilidad de seguir haciendo publicidad y cine, pero poco a poco queremos ir entrando en un terreno más digno del cuestionamiento de la cultura de las imágenes y de la autoría de los que en ellas y con ellas trabajan.